viernes, 30 de noviembre de 2007

Vámonos de feria y olé.

Ahora que no es la época, que mejor que reflexionar sobre estos "carruseles de diversión". Sitios maravillosos en los que se junta lo más característico de la zona en la que se celebre. No sirven para nada, su única labor es que los niños se diviertan dándose hostias en unos coches (la DGT tendría que tomar medidas ahí) vomiten en un barco dando bandazos de un lado a otro mientras les dejan ciegos con luces estroboscópicas o que den más vueltas que un tonto en un tiovivo.
Bien, este es un sitio maravilloso en el que lo importante es beber; cuanto más, mejor. Si al dia siguiente te sientes como Nicholas Cage en Living Las Vegas vas bien, y si además quieres repetir y el hígado te deja, ni te cuento. Eres un ser superior, enhorabuena.

Los especímenes participantes.

Hay de todo, desde gente normal que, por lo general, al segundo día está hasta las narices de aparecer por ella (normal, claro está) los inadaptados sociales (curioso que por lo general los recintos feriales los vayan trasladando para los sitios menos agradables de pisar en días normales), los de los pueblos de alrededor y los que vienen de vacaciones de la gran urbe y se creen cojonudos. Primer lugar de encuentro...el botellón.

El botellón.

O botijo, botellona o como cojones le querais llamar, consiste en comprar alcohol, refresco y hielo como para formar tu propia Antártida. Si en invierno para estos menesteres con una bolsa refrigeras las copas de media población, en verano la cuestión es hacer una pista de hielo a tu alrededor, luego si alguien te va a pedir hielo te quedas con cara de...¿joder, eres tonto?. Siguiente paso, como antes ahí arriba decía lo de beber hasta reventar, un botellón no es el paso previo a los locales de "marcha" (joder, da hasta horror llamarlos así) de la feria, no. Un botellón de feria no seria tal si en el no coexistieran todo tipo de seres vivos. Desde padres que se pasan por el para ver el estado etílico de sus hijos y de paso echarse unos copazos. Los rumanos y chinos vendiendo flores de plástico y demás souvenirs que, literalmente, te acosan. Y el clan tunning. Este consiste en los "Jonys", "Mikis" y demás pseudonombres sacados de unos ídolos vaya usted a saber donde los buscaron...entre ellos lo normal es que para llamarse la atención lo hagan con la palabra "socio" y sus novias, estas solamente tienen tres nombres; Jenny, Jessi y Yoli. Se las reconoce facilmente por ir enseñando el tanga, llevar la cara como un cuadro de Picasso y hablar a voces con una voz que te taladra el tímpano de lo aguda que es. Entre ellas se hacen llamar "tiiiiiiiiiiiiiaaaaaaa" El clan este de los tunning, su misión es poner la banda sonora al botellón con Bisbales, chunda chunda, flamenco, reggaeton y lo que suene en la radio. Para matarlos. Que mal gusto, joder...

Las atracciones.

La primera y fundamental son los servicios portátiles los cuales son una especie de pista de obstáculos con puertas las cuales es recomendable abrir con el poder de la mente si no quieres coger hasta la sífilis. Rios y rios de orina que como no tengas suerte te arrastran hasta el desagüe más próximo y un suelo en el que es recomendable ir con zancos por el riesgo a quedarte pegado en el. Los coches de choque que su máximo apogeo es a eso de las 6 de la mañana cuando todos los borrachos van a darse unas hostias (de frente a ser posible, para que la gracia sea plena), los barcos que se mueven de un lado a otro (si te sentaron mal las copas y no tienes cojones a meterte los dedos en la boca, este es tu lugar) Al lado del barco suelen proliferar los puestos de comida de feria, también otra atracción en si misma, su misión es servir de suministrador a los que se han vaciado con los meneos, principalmente. Si comes en uno y al dia siguiente no tienes una alergia, gastroenteritis o similares date por satisfecho. Estás en perfecto estado.

Otra parte a destacar como atracción son los puestos de venta de articulos varios. Lo que más se encuentra en ellos suelen ser artículos falsificados. En ellos se suelen encontrar a los Jonys con sus novias comprando todo tipo de cosas, cuanto más feas, mejor. Ellos suelen comprar gafas de sol Ray-Ban de 3 euros para luego en el lugar de "baile" poder hacerse los machotes colocándose las gafas en los lugares más inverosímiles y poder mirarte a través de ellas con cara de malote. Dan ganas de partírselas. Ellas tienen que comprar cosas que lleven el logo de Versace, Dolce & Gabanna o similares, aquí es donde hacen el acopio anual de productos para ver si su estatus social dentro de su círculo sube algo.

El puesto de dar puñetazos

Este lugar merece un lugar aparte. Ocupado única y exclusivamente por los "tunning" cuando más tarde, tras el botellón, cuando ya el alcohol (y lo que no es el alcohol) les hace ser menos persona aún de lo que son. Este lugar sirve para que ellos hagan una especie de rito de apareamiento para sus acompañantes femeninos. La cuestión consiste en dar puñetazos con cara de cuanto más malote, mejor, al grito de "pse, pse, socioooo socioooo, mira, mira". Ellas encantadas riéndose y jaleándolos. De pena.

Las casetas

O lugares donde hay que ir si uno se quiere llegar a casa de mala hostia. Hay dos tipos, las de "los padres"; estas suelen contar con música en directo siempre a cargo de una orquesta BBC (las de las bodas, bautizos y comuniones) cuyo nombre tiene que ser algo "fashion" como "Orquesta Fantasía", "Orquesta Esplendor", "Orquesta Ruiseñor" o similares. Su repertorio consiste en los temás de moda de la radio y similares y, como no, Paquito el Chocolatero (tema con el que no me extenderé ya que bastante cutre es) También tienen que estar preparados para las peticiones formuladas por los borrachos, esto es fundamental, sino se arriesgan a que les pidan el mismo tema una y otra vez. Estas casetas son también el lugar perfecto para hacer hermanamiento golferil con tu padre, porque si te ve por el recinto ferial, sí o sí, te obligará a tomarte una copa con el en uno de estos sitios tan peculiares.

Las casetas de la muchachada (o de los chavales, como dicen los mayores): de estas da igual que haya una como que haya cien, todas consisten en lo mismo, ritmos infernales de radiofórmula, chunda chunda y, como no, flamenco para que las "tunning girl" puedan creerse que están más cerca de sus ídolos de barrios marginales. Estos sitios además se caracterizan porque todo el que te ve que conoces te echa el brazo por el hombro (nadie sabe si como saludo o porque se va cayendo y necesita apoyo), la gente con cámaras de fotos (lo cutre hay que inmortalizarlo, como no), los "tunning boys" mencionados anteriormente haciendo de leones controlando a los demás, eso si, en manada, si van solos no tienen ni media hostia y no te miran con esa prepotencia. Ellas con sus bailes entre danza de los siete velos y maestras del reggaeton que se creen que así van de calientapollas pero no saben que lo único que hacen es el ridículo (menos para sus maromos tunning que disfrutan viendo el panorama pensando con cual se van a liar mirándolas como si fueran hienas agrupándose para atacar un grupo de güepardos y quitarles su comida) y, como no, que sería de una caseta sin esto... las copas de garrafón (para quien no sepa que es esto consiste en alcohol adulterado que te lo hacen pasar como legítimo) otra característica de estas es que su precio tiene que ser alto. Vamos, te roban salud y te dejan el bolsillo como la cima del Everest. Vacío. Por lo general en estos sitios, cuando va avanzando el dia y el alcohol va avanzando en el cuerpo suele pasar que acaban convertidas en campos de batalla. Algunos se ve que tienen que llegar a casa habiendo hecho ejercicio...

Conclusión: Las ferias, lugar a evitar.

Saludos