lunes, 1 de octubre de 2007

El disco de los noventa.

















Año 1994, tras un disco que tuvo cierta repercusión (Pretty Hate Machine) y un EP en el que Trent Reznor mostraba su lado más heavy, llegó la obra que lo catapultaría definitivamente al estrellato. Siguiendo con la tónica del "yo me lo guiso, yo me lo como" como en sus trabajos anteriores, este disco fué compuesto íntegramente y grabado por Reznor (algunos temas son co-producidos junto a Mark Ellis (Flood)). El disco no tardaría en convertirse en disco de culto. Escucharlo (que no oirlo) supone un viaje, maravilloso a la vez que desconcertante, a la mente de su creador y es toda una aventura. Musicalmente nos encontramos un poco de todo, música electrónica, heavy, rock gótico y temas lentos, calmados, que son completamente depresivos y emocionantes. En manos de otro quizá esos mismos ingrendientes mezclados serían ruido, en manos de Reznor se convirtieron en arte.

El disco se abre con el sonido de un tiroteo y los gritos agónicos de una persona que
dan lugar a una muralla sonora compuesta de guitarras, bajo, ritmos electrónicos y baterías aceleradas llamada Mr. Self Destruct. Este tema es todo un reto ya que tiene frenéticos cambios de ritmo que, si es la primera vez que te enfrentas a él, puede acabar desquiciándote.

Piggy es la antítesis del tema anterior, calmada e inquietante. Eso sí, la calma que desprende llega a asfixiar. El nombre del tema se tomó de la palabra que había grabada en la puerta de la mansión donde los discípulos de Charles Manson cometieron sus travesuras con Sharon Tate, por cierto, el lugar de grabación de este álbum.

Llegamos a Heresy, donde predominantemente tenemos ritmos electrónicos donde la letra habla de la gente que deja su vida a merced de la religión. En el estribillo Reznor deja clara su posición antireligiosa "Your God is dead, And no one cares, If there is a hell, I'll see you there". Destacar el riff que viene tras el primer estribillo y anterior a la segunda estrofa. Sublíme.

March of the Pigs vuelve a los ritmos acelerados de Mr. Self Destruct donde nuestro hombre vuelve a estar sublime soltando esa mala leche que le caracteriza. La palabra "pigs" viene de como Trent llama a la gente la cual, a lo largo de su vida, se lo han puesto difícil.

Closer es el tema mas trillado de este disco, su popular estribillo "I want to fuck you like an animal, I want to feel you from the inside" es raro la persona que esté algo puesta en música que no lo conozca. El tema habla de frustración sexual ó de querer devolvérsela a alguien. Múltiples lecturas. El videoclip que lo acompaña es una obra de arte.

Ruiner vuelve a la senda de Heresy, ritmos electrónicos marcan la pauta de la canción. La letra es una maravilla en la que Reznor parece entablar una conversación con alguien acusándole de ser de todo menos bonito. El puente hacia el estribillo es simplemente genial y el final es toda una declaración de intenciones "You didn't hurt me nothing can stop me now"

The Becoming vuelve a los ritmos más pausados e inquietantes con un Reznor que empieza cuasí-susurrando la letra y va elevando poco a poco el tono de canto hasta que estalla y grita. Lo siguiente es una guitarra acústica con Reznor volviendo a cantar como al principio y tras esto...experimentación sónica a raudales y termina con sonido de guitarra acústica. A muchos les puede parecer ruido... Chorradas. Grandísimo tema, se mire por donde se mire.

I Do Not Want This es, posiblemente el tema donde Reznor (con el permiso de Hurt) mejor retrata el estado de ánimo por el cual pasaba cuándo grabó esta maravilla. El tema es una dulzura de piano acompañado de ritmos electrónicos con un Reznor cantando de manera sublime, en el puente la voz está sintetizada y el momento donde estalla, simplemente orgásmico. El final vuelve a ser "marca de la casa", experimentación a raudales a base de ritmos electrónicos.

Big Man With a Gun, siguiendo la tónica de Mr. Self Destruct y March of The Pigs tiene un ritmo frenético y asfixiante en el que Reznor empieza cantando tras una muralla sónica sobre el placer de poseer armas, tan característico de una gran mayoría de estadounidenses y utilizarlas para quitar del medio a todo ser vivo que te moleste.

A Warm Place es un tema instrumental maravilloso el cual, si bien compositivamente es muy simple, el efecto que deja en el oyente es del deseado. Transmite una tristeza y melancolía fuera de lo común.

Eraser comienza con un sonido extraño que da lugar a una percusión poderosa a la que le siguen sonidos electrónicos que no hacen más que darle más cuerpo a la canción que va in-crescendo y que de repente...zas!!! bajón y en estas que nos entra Reznor cantando de una forma muy sutil y que estalla en un final frenético.

Reptile es otra maravilla que comienza con un sonido que nos pone en alerta sobre algo...cuando de repente, nos encontramos con un ritmo calmado pero potente, frenético pero sutil que da paso a Trent cantando sobre la obsesión que provoca el amor y lo que se llega a idealizar a la persona amada. La constante del tema es mantener al oyente en tensión y lo consigue de sobra, sonoramente es un tema con muchísima fuerza y que es, para muchos, el tema "del fan" de Nine Inch Nails.

The Downward Spiral es el tema que da nombre al álbum, se abre con algo que parecen sollozos a lo que le sigue una guitarra acústica. Parece que no tiene una melodía "palpable". Es aún más inquietante que A Warm Place, y ya es decir. La letra es una maravilla cantanda casi susurrando.

El tema que cierra el disco y pone fin a la espiral es Hurt, una maravilla que transmite una tristeza fuera de lo común con una letra desgarradora y una melodía sublime que acompaña a toda la canción hasta que llega el final que, haciendo la comparación, es como llegar a una meta, nada halagüeña, pero que pone paz.

En definitiva, un disco imprescindible.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Uno de los mejores discos de los 90 sin lugar a dudas con Closer y Hurt como "obras maestra"

Anónimo dijo...

Recuerdo que un día me quedé dormido escuchando a toda ostia este disco con los cascos... Mi padre creo que me llegó a dar una bofetada que hizo despertarme como un puto subnormal, con los ojos como platos. Yo lo único que sé es que noté un golpe y una voz diciéndome "quita esa mierda, gilipollas, que no son horas. Que no son horass!!!"

Y yo, balbucenado mientras cogía a tientas el CD... "no, papá, dicen que es uno de los mejores de la década...

"Si, no?. Pues aquí se está rifando la mejor ostia de los 90..."

Fue una de las conversaciones más surrealistas que he tenido con mi padre. Sobre todo porque si estás encamado y alguien está junto a ti cya on la vena esa que sale en las sienes y de pie pues vaya... que es un tanto peligroso y a la vez bizarro.

PD: Bendito ruido.